Danilo Díazgranados Manglano es un emprendedor e inversionista venezolano. Su don de gentes y su capacidad para visualizar oportunidades de negocios forman parte de una personalidad que también es reservada, discreta y sencilla.

Reconoce que, durante su trayectoria profesional, las relaciones que ha sido capaz de construir con personas de diferentes sectores han sido clave. “Son, quizá, el factor principal para tener éxito en los negocios. En mi caso, incluso algunas de ellas han derivado en buenas amistades vigentes hasta el día de hoy”.

Emprender requiere de capital semilla. Y así cómo él ha hecho del rol de “sembrador” parte de su profesión, tanto para sus negocios como para poner en marcha ideas de otros. Su padre, el Dr. Danilo Diazgranados también lo fue para él ayudarle a poner en marcha una agencia de viajes “que sirvió de puente aéreo para estudiantes venezolanos que, al igual que yo, encontraron en la capital del Sol su oportunidad universitaria”.

De regreso en Venezuela, donde se casó con María Josefina Salvatierra, hija de Salvador Salvatierra, presidente del Banco Unión de Venezuela, en aquel entonces, un emporio de la banca nacional, inició una carrera que ha estado enfocada en inversiones y negocios, primero en su país, y luego en mercados como Estados Unidos, Suiza, Bélgica o España, entre otros.

Su primer trabajo relevante en el sector financiero data de inicios de los 90, precisamente en el Banco Unión. Sus responsabilidades allí las compaginó con las de bróker en Seguros Caracas. “Diría que fue también el momento en el que entré de manera más profesional en el mundo de la inversión, pues compré acciones de Seguros Qualitas y de Proseguros. Esto me permitió ir creando un buen capital con el que iniciar otros negocios”.

Esos nuevos negocios los emprendió en la década de 2000. Aun cuando participó brevemente y con éxito en el mercado de deuda pública venezolana y latinoamericana, la situación en su país fue empeorando con el paso del tiempo y, al igual que millones de compatriotas, emigró. En esta nueva etapa, Diazgranados supo anticiparse a las tendencias en los mercado de valores internacionales, identificando sectores en los que ha logrado sus mejores años sin depender de Venezuela.

Tiene su domicilio en la República Dominicana, y pasa tiempo en Estados Unidos y en otros países en los que tiene sus inversiones en negocios relacionados con hospitalidad, la gastronomía, los bienes raíces, los centros comerciales y el cuidado de la salud. También mantiene posición como accionista de un banco estadounidense, apegado a las mejores prácticas financieras y regulado bajo los más exigentes niveles de cumplimiento regulatorio que  caracterizan a dicha jurisdicción. “En la decisión de invertir en mis negocios ha tenido una influencia importante mi espíritu de emprendedor”. Y en algunos casos, como el de la gastronomía y el arte, también inciden sus pasiones, a las que cada vez dedica más atención.

Sus valores humanos están impregnados en su vida familiar y profesional, pero también los canaliza a través de iniciativas de responsabilidad social. Es donante de la organización no gubernamental El Hogar del Niño, viene apoyando iniciativas educativas de la Fundación MIR y, en el ámbito de la gastronomía, fue el propulsor y auspiciador del Diplomado de Cocina en la Escuela de Hotelería, Gastronomía y Pastelería del Instituto de Formación Técnico Profesional (INFOTEP), adscrito al gobierno de la República Dominicana. “Así como me ayudaron a mí en mis inicios profesionales, quiero ayudar a otros a que puedan emprender sus carreras”.