La industria de la hospitalidad es una de las más grandes y prósperas del mundo, generando unos 7.7 billones de dólares en ingresos a nivel mundial en 2022. Sin embargo, también es una de las más contaminantes. Un estudio publicado en Nature Climate Change estima que  la industria de la hospitalidad es responsable del 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, mientras que, según datos de la  Organización Mundial del Turismo (OMT), se prevé que las emisiones de CO2 correspondientes al turismo aumenten al menos un 25% para 2030.  Dado el desafío que representa el cambio climático y la responsabilidad que recae en las corporaciones y marcas de renombre, es un placer para mí abordar en este artículo las acciones que están tomando las grandes hoteleras para reducir su huella ambiental. Una de las principales fuentes de contaminación de la industria de la hospitalidad es el desperdicio. Los hoteles, restaurantes y otros negocios turísticos generan grandes cantidades de residuos, incluyendo papel, plástico, vidrio y metal. Este desperdicio puede tener un impacto negativo en el medio ambiente, contribuyendo al cambio climático, la contaminación del aire y el agua, y la pérdida de biodiversidad. En este sentido, en los últimos años la