El Impacto de la Economía Naranja en el Desarrollo de Destinos Turísticos Emergentes

En los últimos años, he sido testigo del crecimiento y relevancia que ha ganado la economía naranja, contribuyendo significativamente al producto interno bruto (PIB) de diferentes países, especialmente notable en América Latina, donde el crecimiento es evidente en aspectos como la generación de empleos y exportaciones. Entre estos países destaca el caso de México; de acuerdo con un informe publicado por Wortev Capital hace unos años, esta industria representaba el 3.1% del empleo a nivel nacional.

Antes de continuar… resulta crucial repasar brevemente que, al referirnos a “economía naranja”, hablamos de aquellas industrias creativas y culturales que generan crecimiento económico a partir de la generación de empleos y el desarrollo social, al tiempo que se impulsa la creatividad, la innovación, el arte y las expresiones culturales. Según la UNESCO, estas industrias representan el 3% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.

La economía naranja tiene un impacto significativo en los destinos turísticos, además de servir como mecanismo de diversificación, reduciendo su dependencia  en sectores tradicionales. Entre los destinos turísticos emergentes que fomentan esta industria destaca Colombia, implementando rutas turísticas en ciudades como Medellín y Bogotá, donde se ha revitalizado áreas urbanas y generado empleos, a la vez que destacan el arte urbano, la música y la gastronomía local, conquistando a miles de turistas internacionales. 

Otro país destacado es Brasil, donde la economía naranja se ve muy reflejada en actividades como el carnaval en Río de Janeiro y diversos festivales, acaparando miles de turistas e impactado significativamente en la economía. Según The Rio Times y Latina Republic, la proyección del carnaval este 2024 fue la llegada de 200,000 turistas internacionales, quienes inyectarían más de R$900 millones en la economía brasileña, representando un aumento de un 10% en comparación con los ingresos de 2023.

En definitiva, la economía naranja no solo impulsa el crecimiento económico en los destinos turísticos emergentes, sino que también fomenta la diversificación y la innovación cultural. Países como México, Colombia y Brasil ejemplifican cómo esta industria puede revitalizar el turismo a la vez que fortalece la economía local, reflejando la importancia de invertir en las industrias creativas y culturales para asegurar un desarrollo sostenible.