Las inversiones y el emprendimiento van de la mano porque todo negocio establecido tuvo que empezar en algún momento y para ello necesitó de capital. Invertir en proyectos ya consolidados es muy habitual y las oportunidades se presentan cuando la empresa que requiere fondos afronta un problema o un cambio.
Pero las nuevas ideas de negocio se generan cada día, y quienes nos dedicamos a invertir siempre estamos abiertos a escuchar sobre ellas y analizar si nos subimos o no en ellas. Apoyarlas o no dependerá de dos factores: las ganas de arriesgar de quien tiene capital y las ganas de convencer de quien quiere poner el proyecto en marcha. Y el convencimiento se logra tanto a nivel emocional, la empatía de la persona, y racional, los números de su proyecto.
Lógicamente, las ganas del emprendedor no son el único factor que va a influir en la decisión de si apoyarle o no. Pero ese factor emocional es algo que puede hacer que la balanza se mueva en de un lado o del otro. Es importante que quien quiere captar la inversión se muestre totalmente convencido de que su idea va a dar resultado y que dejar ver la ilusión que tiene por ello.
Cualquier gesto o palabra que genera duda puede convertirse en un lastre. Aunque también puede serlo mostrarse demasiado convencido del éxito de su proyecto porque le puede restar credibilidad. Tanto el mundo de la inversión como el del emprendimiento están marcados por el riesgo. Que el emprendedor sepa cómo manejar las expectativas de su negocio seguramente incidirá en la decisión final de quien tiene el dinero para apoyarle.
Factor emocional al margen, llega la hora de ver los números y echar una mirada al mercado. Cualquiera a quien busque un emprendedor va a dedicar tiempo a conocerlo, tanto personal como profesionalmente, pero también va a destinar tiempo, y posiblemente bastante, a estudiar el proyecto de la “a” a la “z”, una y otra vez, hasta ver la oportunidad y el riesgo, lo que puede salir bien y lo que puede fallar, para entender cuál es el riesgo que estaría asumiendo y si, dentro de sus planes de inversión, le hace sentido tomar la decisión de apoyar el emprendimiento. Por eso, la cantidad y calidad de la información que facilite el emprendedor, sobre él (o ellos si son un grupo) y sobre su proyecto, se convierte en un factor clave para la decisión. Y cómo lo muestren al inversionista, también.