El retorno a la normalidad de la prepandemia va ganando espacio y pareciera que aquello de que “la pandemia nos ha cambiado” pierde terreno. ¿De verdad? Puede que no. Al menos en la industria de la hospitalidad, donde el “contact less” parece tener un futuro cada vez más presente. Leía el otro día un artículo en la revista Travesías que se refería a esto. Hacían referencia a una encuesta llevada a cabo por Skift y Oracle Hospitality en la que entrevistaron “a más de 1,800 líderes de la industria hotelera y más de 4,000 consumidores en todo el mundo, para comprender sus preferencias respecto a las mejores prácticas que podrían ayudar a la recuperación del sector”. En referencia a tener cada vez menos contacto personal en sus actividades durante la estancia en un establecimiento, el dato que más resaltaba era que la suma de los valores de varias respuestas dadas por los consultados, 151%, relacionaba al futuro de la industria con el uso de tecnologías que permitieran mayor independencia en la gestión de experiencias y uso de los espacios. Es decir, hacer más por si mismos sin tener que interactuar con un empleado del establecimiento. Y los ejecutivos hoteleros consultados parecen tenerlo claro

Hace unos días hablaba con unos colegas acerca de la evolución de la escena culinaria, y entre comentarios mencionamos a varios chef que destacan en este sector. Hoy, he caído en cuenta que muchos de estos chef tienen un interesante común denominador, son egresados del Basque Culinary Center, también conocido como el ‘Harvard’ de la cocina internacional. Este centro académico comenzó su andadura en 2011 en San Sebastián con una inversión de 17 millones de euros, respaldado por estrellas de la cocina a nivel global como Ferran Adriá, reconocido en ocasiones como el mejor cocinero del mundo. Esta iniciativa ha generado conocimientos de alto nivel y su envergadura y calado internacional ha proyectado al Basque Culinary Center como la meca del saber gastronómico.  Saber esto, es el fundamento de mi atención a la historia y carrera profesional de aquellos cocineros titulados por el Basque Culinary Centre, como Iñigo Gordóbil, quien formó parte del primer grupo de graduados en el centro. Gordóbil, participa en la preparación de las grandes enciclopedias de la historia de la gastronomía, la Bullipedia (El País, 2015), lanzado por Ferran Adriá, quien busca organizar el origen de las comidas y categorizar los aportes anuales realizados en todo el mundo. Otro

Siempre he creído que la juventud representa la esperanza de un futuro mejor y tenemos el deber de darle todo el apoyo. Por eso, una vez más me llena de orgullo al patrocinar oportunidades para un grupo de jóvenes apasionados por la gastronomía. A través del Taller de Gastronomía del Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (INFOTEP), los chicos demostrarán su entrega durante cuatro semanas en el Diplomado “Cocina Creativa” que imparte la institución.  Este diplomado, que se celebra este año por segunda ocasión, surge a partir de una iniciativa que quise llevar a cabo no sólo para impulsar a jóvenes a desarrollar sus habilidades gastronómicas, sino también que le permita al estudiante más destacado del diplomado, vivir una experiencia superior de aprendizaje en una escuela culinaria de Europa.  Se trata de un curso de perfeccionamiento de técnicas culinarias en la escuela Basque Culinary Center de España, institución académica pionera a nivel mundial, de cuyo patronato forman parte ocho de los mejores chefs vascos, como Martin Berasategui, Pedro Subijana, Juan Mari Arzak, Karlos Arguiñano o Andoni Aduriz.  Su Consejo Internacional incluye, además, a cocineros de la talla de Ferrán Adriá, Michel Bras, Heston Blumenthal, Dominique Crenn, Joan Roca, Gastón Acurio o Massimo

En estos días estuve leyendo acerca de aprendizajes que nos ha traído vivir durante una pandemia y, definitivamente, el devastador virus COVID-19 ha puesto en evidencia el impacto que causa el turismo en el medio ambiente. Después de una temporada en la que se redujeron los viajes drásticamente, el mundo sintió un respiro. Si extrapolamos esa información a estadísticas, solo debemos ver los informes de la Organización Mundial del Turismo, que estimaron que solo los alojamientos representan aproximadamente el 5% del dióxido de carbono global.   En este orden, la sostenibilidad y el respeto al medioambiente, más que ser una tendencia, es una necesidad que ocupa una posición importante en la lista de factores a tomar en cuenta en el desarrollo de nuevos negocios en la industria turística. Por ello, los inversionistas y líderes en hotelería, más allá de seguir una moda, están optando por diseñar nuevas opciones de alojamientos realmente sostenibles. Claro, sin obviar el lujo y la comodidad.    Leo sobre algunos ejemplos que parecen marcar cierta pauta. Uno de los más llamativos parece ser Svart. Lo presentan como el hotel más sostenible del mundo y abrirá sus puertas en Noruega en 2023. Svart tendrá una inversión de 500 millones de euros,